Mito de la Muerte-Resurrección IV.

Pablo de Tarso compartía la concepción, de origen griego, de una inmortalidad después de la muerte, aunque interpretada de una manera particular. Pues «la existencia ulterior no era absolutamente una existencia desencarnada; había un “cuerpo espiritual” que sobrevivía a la muerte, o, para utilizar su expresión: que “resucitaba”. La doctrina del “cuerpo espiritual” está atestiguada en otras tradiciones».

Los árboles sagrados del judaísmo y el cristianismo.

No hubo exclusividad en la mitología del antiguo Israel, como tampoco la hubo en su historia. En varias tradiciones orientales encontró cabida también el mito que relacionaba el árbol del conocimiento y «la caída» del hombre primordial, quien perdía su inocencia originaria y entraba a formar parte del mundo dualista y múltiple de los fenómenos.