El Siervo de Yahvé (el Rey que se sacrificaba por la nación) era ya en la época helenística un anacronismo incomprensible desde el punto de vista de las prácticas del judaísmo normativo. Pero la muerte de Cristo fue considerada, sin embargo, por la Iglesia como un sacrificio de purificación y expiación inspirado en la figura de Isaías.
Influencias Culturales en los Orígenes Cristianos I.
Durante la hegemonía cultural griega, Yahvé fue abandonando paulatinamente la presencia y la contingencia histórica, para buscar su lugar en el modelo griego de transcendencia. Con ello, se creó un abismo insalvable entre la divinidad y sus criaturas, que demandaba la acción de los intermediarios celestes originarios del mazdeísmo y fundados en la filosofía platónica.
Influencias Culturales en los Orígenes Cristianos II.
La literatura sapiencial y la literatura apocalíptica judías aparecieron repletas de intermediarios que, more platonico, nos transportaban en a la religión de Zoroastro y a sus ángeles y santos benefactores emanados de la mente divina de Ahura Mazda. Extrañas y benéficas criaturas que facilitaban la comunicación y permitían al hombre la salvación a través de la sabiduría de dios.
Influencias Culturales en los Orígenes Cristianos III.
El rasgo más característico de Sabiduría (Sophia), una obra apócrifa del judaísmo helenizado, era el de presentar su figura como el poder divino que otorgaba al justo las cuatro virtudes cardinales del alma platónica: la prudencia, la fortaleza, la justicia y la templanza. Un indudable contenido extraído de los Diálogos de Platón como virtudes del alma inmortal.
Mito de la Muerte-Resurrección II.
Osiris presentaba demasiadas aristas como para ser identificado únicamente como un dios de la vegetación. Más allá del estereotipo del dios muerto y resucitado, Osiris (un dios revivido entre los muertos) puso en juego un complejo sistema de símbolos orientados a la «evidencia» de una nueva vida tras la muerte; un significado interpretado a partir de su poder cósmico inmanente.
Mito de la Muerte-Resurrección III.
Dumuzi-Inanna, Tammuz-Ishtar, Osiris-Isis, Adonis-Astarté, Atis-Cibeles, Dioniso-Deméter (y Perséfone) y Mitra-Anahita, entre otros, representaron distintas formas y denominaciones de un mismo mito soteriológico del mediador, que desafiaba al destino de los arcontes planetarios y liberaba (salvaba) el alma-espíritu de la corrupción de la materia. El iniciado moría con el dios y resucitaba con él.