Según la tradición persa, el xvarna que brillaba encima de la montaña sagrada era el signo anunciador de Saoshyant, el redentor nacido de una virgen y de la simiente de Zoroastro. Sus tres encarnaciones nacerían cada mil años del propio semen del profeta, conservado en el lago Kansaoya, y de tres vírgenes,.
Īśvara-Krishna. «El Cristo desconocido del hinduismo».
Según Raimon Panikkar, «No solo el concepto cristiano de historia es, en cierto modo, ajeno al espíritu indio. Admitir la idea cristiana de la historia [...], es ya presuponer el concepto cristiano de Cristo. Pero no debemos olvidar que la primera interpretación filosófica de Cristo empieza por un discurso sobre el “Logos” hecho carne y no por la carne».
Mito de la Muerte-Resurrección II.
Osiris presentaba demasiadas aristas como para ser identificado únicamente como un dios de la vegetación. Más allá del estereotipo del dios muerto y resucitado, Osiris (un dios revivido entre los muertos) puso en juego un complejo sistema de símbolos orientados a la «evidencia» de una nueva vida tras la muerte; un significado interpretado a partir de su poder cósmico inmanente.
Mito de la Muerte-Resurrección III.
Dumuzi-Inanna, Tammuz-Ishtar, Osiris-Isis, Adonis-Astarté, Atis-Cibeles, Dioniso-Deméter (y Perséfone) y Mitra-Anahita, entre otros, representaron distintas formas y denominaciones de un mismo mito soteriológico del mediador, que desafiaba al destino de los arcontes planetarios y liberaba (salvaba) el alma-espíritu de la corrupción de la materia. El iniciado moría con el dios y resucitaba con él.
Mito de la Muerte-Resurrección IV.
Pablo de Tarso compartía la concepción, de origen griego, de una inmortalidad después de la muerte, aunque interpretada de una manera particular. Pues «la existencia ulterior no era absolutamente una existencia desencarnada; había un “cuerpo espiritual” que sobrevivía a la muerte, o, para utilizar su expresión: que “resucitaba”. La doctrina del “cuerpo espiritual” está atestiguada en otras tradiciones».
El asesinato ritual neolítico. La eficacia de la magia sacrificial.
Es difícil evitar la tentación de inquirir sobre el origen y razones del primer sacrificio, cuya repetición ritual debió conformar la estructura simbólica del mito. Complicada tarea que hace que, en cierto modo, nos conformemos con la enigmática cita de Hesíodo en la que nos anunciaba que el sacrificio había comenzado «cuando se separaron los dioses y los hombres».
Mito, ritual y significado del «Sacrificio del Rey Sagrado».
La muerte sacrificial y violenta del Rey Sagrado (el hijo de la reina o de la diosa neolítica), fue la parte sobresaliente de un ritual arcaico que, de forma periódica, perseguía la influencia propiciatoria de las fuerzas y energías invisibles de la Diosa-Tierra sobre la renovación del cosmos y la expiación de las impurezas y las culpas de la aldea.
The «Sacrifice of the Sacred King». Myth, ritual and meaning.
The sacrificial and violent death of the Sacred King (the son of the queen or of the Neolithic goddess), was the outstanding part of an archaic ritual that, periodically, pursued the propitiatory influence of the invisible forces and energies of the Goddess-Earth on the renewal of the cosmos and the expiation of the impurities and the faults of the village.
Discurso a Diogneto. Un cristianismo sin fabulaciones ni leyendas.
Un evidente protognosticismo, en el que el Padre y el Hijo Unigénito (el Logos) no dejan cabida a ninguna de las otras representaciones del cristianismo de la Iglesia: ni Jesús, ni Cristo, ni sacrificio redentor del Hijo... Es decir, un texto en el que no hubo muerte ni resurrección del mito.