La cruz, trazada en las puertas de los israelitas de Egipto con la sangre del cordero, fue el signo de la salvación de los primogénitos de Israel de la muerte en sacrificio a cargo del Ángel Exterminador. La sangre del cordero redimía, de esta forma, de la muerte a los primogénitos y daba paso a la historia sagrada de Israel,…

Signos y símbolos del cristianismo primitivo. V.
Al parecer, el Josué-Jesús veterotestamentario «crucificado» de los Oráculos Sibilinos no fue algo casual y sin fundamento en los textos apócrifos judíos. Existió una cierta tradición a lo largo del judaísmo de finales del Segundo Templo, según algunos autores, que interpretó la figura de este personaje bíblico como una divinidad preexistente de la tribu de Efraín.

Signos y símbolos del cristianismo primitivo. VI.
No hubo manifestaciones ni signos externos de ningún tipo en el cristianismo hasta finales del siglo segundo; fechas en las que se usaron, las figuras del Buen Pastor, el Pez (o el pan y los peces), el Ancla y la Paloma. Todos ellos signos de una espiritualidad cuyos referentes conducían al espacio mitológico y astral de la época. El crucifijo…

Signos y símbolos del cristianismo primitivo. Y VII.
Los especialistas en arte medieval saben bien que, siendo el crucifijo un producto de la cultura del medioevo, la actitud del crucificado difería radicalmente entre las representaciones de la Alta y las de la Baja Edad Media. En la Alta Edad Media el crucificado era un niño imberbe con los brazos extendidos. El Cristo sufriente es una representación muy tardía.

El Siervo y el Cordero. Redención católica Vs. Salvación cristiano-gnóstica.
Ni en los textos de Qumrán, ni en los apócrifos intertestamentarios, ni en los textos de la Tanaj hebrea, si exceptuamos al Siervo de Isaías, aparece la noción de muerte vicaria de un hombre como redención de los pecados y las culpas de una comunidad; mucho menos aún la muerte de un dios; y menos todavía su resurrección.

De la Memra a la Sabiduría, al Logos de Filón y a la encarnación del Mesías celeste.
La respuesta a la pregunta de cómo «el Verbo se hizo carne» es sencilla de responder… Lo que no podemos hacer es afirmar que el Verbo-Logos se hizo carne a través del nacimiento del Niño Dios en Belén, según Lucas y Mateo. Esto implica una perversión y un fraude que otorga entidad ontológica a la alegoría narrativa del mito.

El salvador zoroastriano Saoshyant, el «Cristo» del mazdeísmo persa.
Según la tradición persa, el xvarna que brillaba encima de la montaña sagrada era el signo anunciador de Saoshyant, el redentor nacido de una virgen y de la simiente de Zoroastro. Sus tres encarnaciones nacerían cada mil años del propio semen del profeta, conservado en el lago Kansaoya, y de tres vírgenes,.

Īśvara-Krishna. «El Cristo desconocido del hinduismo».
Según Raimon Panikkar, «No solo el concepto cristiano de historia es, en cierto modo, ajeno al espíritu indio. Admitir la idea cristiana de la historia [...], es ya presuponer el concepto cristiano de Cristo. Pero no debemos olvidar que la primera interpretación filosófica de Cristo empieza por un discurso sobre el “Logos” hecho carne y no por la carne».

Mito de la Muerte-Resurrección II.
Osiris presentaba demasiadas aristas como para ser identificado únicamente como un dios de la vegetación. Más allá del estereotipo del dios muerto y resucitado, Osiris (un dios revivido entre los muertos) puso en juego un complejo sistema de símbolos orientados a la «evidencia» de una nueva vida tras la muerte; un significado interpretado a partir de su poder cósmico inmanente.

Mito de la Muerte-Resurrección III.
Dumuzi-Inanna, Tammuz-Ishtar, Osiris-Isis, Adonis-Astarté, Atis-Cibeles, Dioniso-Deméter (y Perséfone) y Mitra-Anahita, entre otros, representaron distintas formas y denominaciones de un mismo mito soteriológico del mediador, que desafiaba al destino de los arcontes planetarios y liberaba (salvaba) el alma-espíritu de la corrupción de la materia. El iniciado moría con el dios y resucitaba con él.