En la época herodiana los judíos habían civilizado sus antiguos ritos y costumbres a través de la gran influencia recibida, primero de los babilonios y persas y, luego, de la cultura del helenismo; pero han llegado hasta nosotros sólidos testimonios que no permiten ocultar el carácter sangriento de sus más antiguas (y no tan antiguas) tradiciones.