El Siervo de Yahvé (el Rey que se sacrificaba por la nación) era ya en la época helenística un anacronismo incomprensible desde el punto de vista de las prácticas del judaísmo normativo. Pero la muerte de Cristo fue considerada, sin embargo, por la Iglesia como un sacrificio de purificación y expiación inspirado en la figura de Isaías.
Los Cultos de Fertilidad y el Sacrificio del Rey Sagrado.
Garantía de regeneración y supervivencia de los frutos de la tierra, y contraprestación también a la generosidad de la Diosa Madre, el ritual del sacrificio Neolítico (el asesinato del Rey Sagrado) renovaba periódicamente las fuerzas cósmicas a través de una nueva creación y hacía posible la resurrección de las cosechas. Todo moría en invierno para resucitar en primavera.
El árbol cósmico como árbol sagrado y árbol del mundo.
El Árbol Cósmico representaba el misterio central que explicaba la renovación periódica del mundo a través del poder oculto de la diosa neolítica como totalidad viviente. Un contexto agrícola en el que la Diosa Madre regulaba el flujo de los jugos de la tierra, que, por medio del árbol, extraía de las profundidades para alimentar a los hombres.
Mito, ritual y significado del «Sacrificio del Rey Sagrado».
La muerte sacrificial y violenta del Rey Sagrado (el hijo de la reina o de la diosa neolítica), fue la parte sobresaliente de un ritual arcaico que, de forma periódica, perseguía la influencia propiciatoria de las fuerzas y energías invisibles de la Diosa-Tierra sobre la renovación del cosmos y la expiación de las impurezas y las culpas de la aldea.